lunes, 21 de junio de 2010

No oyes ladrar a los perros


Trata acerca de un viejo que en su espalda lleba a su hijo herido de muerte llamado Ignacio. Su relacion es de las peores que podemos encontrar ya que el padre le habla de usted a su propio hijo ya que este es un salteador de caminos. El anciano lo lleba asta Tonaya por el recuerdo de su esposa ya difunta y con la esperanza de encontrar ahi un medico que los ayude, el viejo quiere que su hijo almenos escuche ladrar a los perros (nombre alucivo al cuento) para que se de cuenta de que estan llegando al pueblo. Al soltar el cuerpo ya muerto de su hijo lo ultimo que este oye es el ladrar de los perros pero ni eso lo mantiene con fuerzas para seguir luchando y no morir.

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